Crecimiento económico, inequidad y desigualdad en Panamá. Por Marco Quintanar

Panamá es un país que crece y lo hace como una de las economías más dinámicas del hemisferio, entre 2003 y 2012 lo hizo a una tasa de 8,2% de media anual, la proyección de esta expansión durante 2015, se supone reflejará un alza en el PIB de 6,0%. Según CEPAL, una de las características distintivas de América Latina ha sido la desigualdad en la distribución tanto de los recursos como de los derechos. Si bien no se trata ni mucho menos de la región más pobre del mundo, sí se destaca por ser la más inequitativa y Panamá no escapa a ello.
En términos de inequidad, para el caso panameño, siguiendo datos de CEPAL (Panorama Social de América Latina 2014) la relación del ingreso medio per cápita, según estadísticos de 2013, el 40% de los hogares con menores ingresos tienen 15.6 veces menos ingresos que el 10% de los hogares con ingresos más elevados. Vista desde la distribución por quintiles (de 1 a 5) donde cada uno representa el 20% de los hogares totales de la distribución (100%) el quintil 1 (de menor ingreso) tiene 20,2 veces menos ingresos que el quintil 5 (de mayor ingreso). 
Vista desde las condiciones materiales de existencia, la inequidad puede expresarse en la capacidad o incapacidad de consumo social. En el modelo económico del país (libre mercado) ello habla no solo de qué bienes y servicios se pueden adquirir, sino que expresa las calidades de estas mercancías, es decir, no es igual comprar un Toyota “Yaris” 2008 de segundo uso, que un BMW Serie 7 2015. Este mismo principio se aplica a la calidad de servicios básicos para la existencia: salud, vivienda, educación y consecuentemente a la calidad de vida.
Ahora bien, la inequidad también refleja las condiciones culturales de existencia. Un ejemplo de ello son los espacios de recreación e interacción social, que de hecho escasean en la órbita de lo público. Estos han sido transpuestos a la órbita de lo privado como mercancía, evidenciando amplias desigualdades sociales.
Tal es el caso del “parque” como espacio colectivo, motor de la dinámica social comunitaria en otras épocas. El parque ha dejado de cumplir dicha función, para ser sustituido por el “Mall” o el “Shopping”. Estos espacios, gozando el imperium jurídico de la propiedad privada ilimitada, regulan doblemente las libertades individuales/colectivas del público que concitan, por una parte generan un modelo o tipo ideal de espacio social basado en el consumismo, en donde no todos/as, precisamente pueden consumir en igualdad de condiciones, por otra parte se constituye en espacio de adoctrinamiento cultural, cuya expresión ideológica define hábitos, sentidos, conductas que ulteriormente son trasladados a otros campos sociales e individuales.
Los problemas de nuestro país trasciende el tan “en boga” crecimiento económico: leitmotiv y preocupación de los economistas del libre mercado (ámbito empresarial y estatal). Las grandes tareas a resolver derivan de las inequidades-desigualdades sociales que engendra el modelo económico, del que bien podemos expresar: beneficia a unos pocos y somete y condena a la gran mayoría. 

La Plata, Buenos Aires

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