Maquiavelo - Abdiel Rodríguez Reyes


Maquiavelo desapareció hace ya casi medio milenio y aún su influencia es tal que pareciera que está vivo. Unos lo aman, otros lo odian y unos simplemente lo estudiamos. La recién Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2016 dice que “Roma todavía contribuye a definir la forma en que entendemos nuestro mundo y pensamos en nosotros” (Mary Beard); Maquiavelo entendió muy bien eso, por eso dedicó su obra más ambiciosa – Los Discorsi – precisamente a la vida pública de los romanos, para extraer lecciones de allí. Ahora a través de él podemos comprender el momento político actual. 
Maquiavelo nació en Florencia el 3 de mayo de 1469  y murió el 21 de junio de 1527, pronto se involucró en la vida pública. A los 29 años se le ofreció la segunda cancillería, un puesto relevante en la República florentina. El puesto requería a alguien con pericia en los asuntos diplomáticos, además de una formación humanística, condición sin la cual era imposible cumplir con los deberes que exigiera una segunda cancillería. El puesto en cuestión tenía como tareas, la administración de los territorios, estar cerca al primer canciller y adicional tenía que ver directamente con las relaciones diplomáticas de la República.  
Los humanistas de la época se tomaban muy en serio la educación humanista, es decir, aquella que fuese forjadora de la virtud. Eso era determinante para los asuntos públicos. Los políticos eran los mejores formados en los estudios humanistas. Esto tenía sus raíces en la tradición romana, en particular en Cicerón, educación que tenía como objetivo privar los intereses privados ante los públicos. Maquiavelo mismo fue resultado de este tipo de educación, su padre Bernardo Maquiavelo “se había tomado muy a pecho el proveer a su hijo de un excelente fundamento de studia humanitatis.” (Quentin Skinner).

Maquiavelo era un agudo analista político, no solo de la coyuntura si no de la Historia Política. Así descubrió que la Política era una Ciencia que tenía sus propias leyes, que su objeto de estudio era el comportamiento de los seres humanos y que este era predecible. A partir de lo cual se puede pensar estratégicamente y confirmar las hipótesis. A Maquiavelo hay que distinguirlo por su “crudo realismo” (Corrado Vivanti), en donde la política nada tiene que ver con la moral, sino con los hechos y la historia. La fundamentación última de la política según Maquiavelo es la libertad y la confrontación de los opuestos.

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