La altura de los tiempos históricos:. Por Abdiel Rodríguez Reyes
Uno
de los principales desafíos que tenemos ahora mismo es la coherencia. Los
intereses que se mueven detrás del telón juegan en contra de ella. Es
importante que cada uno éticamente haga su trabajo.
Hace
algunos días le comenté a algunos colegas que teníamos la tarea de
pensar en dos temas relacionados entre sí: en la economía de la salud y en la
salud de la economía. Franz Hinkelammert siempre nos ha planteado la cuestión
de si la vida o el capital. Por el bien de todos y todas tenemos que reproducir
la vida.
Nadie
se quiere contagiar y si lo hace, querrá recuperarse, para eso necesitamos un
sistema de salud pública con capacidad de respuesta, no esperemos que colapse;
por otro lado, todos quieren regresar a sus trabajos después de la pandemia y
gozar de sus derechos laborales.
Prevenir
el contagio y salvar vidas, tendrían que ser los ejes rectores del equipo de
salud en particular, tienen que mantenerse ecuánime, no puede ajustar el
criterio técnico al de los intereses particulares. En cambio, el equipo de
economía por su naturaleza tiene otros objetivos y otros intereses, por
ejemplo, mantener “aceitadas” a las empresas para el movimiento de la economía.
El
problema quizá esté en confundir los roles de los equipos. Y los que deben
pensar en la economía de la salud piensen en la salud de la economía. Lo mejor
es la tensión entre ambos equipos, y que la decisión tomada sea prudente.
Las
crisis son una gran oportunidad para los cambios, pero si en vez de acometerlos
los dejamos pasar, también debemos asumir el costo político e histórico de no
estar a la altura de los tiempos históricos. Quizá desde la comodidad del
escritorio sea fácil decirlo, pero las evidencias se amontonan ante nuestros
ojos e indican que los intereses cuantitativos del neoliberalismo se superponen
sobre los cualitativos de la reproducción de la vida.
No
esperemos llegar a que los muertos sean números y contarlos todas las tardes
sea banal. Para eso, es importante que el trabajo de cada uno se realice
satisfactoriamente. Hoy parece estar tambaleándose el liderazgo del presidente.
En general, es necesario la prudencia. Estar a la altura de los tiempos
históricos implica optar por reproducir la vida.
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