Diálogo nacional y pluralismo social. Por: Abdiel Rodríguez Reyes y Toribio Pineda Camargo
Para que un
diálogo nacional funcione es preciso un pluralismo social, de lo contrario está
condenado al fracaso. En el discurso a la nación, el presidente de la República,
Laurentino Cortizo, dio un informe sobre su primer año de gestión. En este
artículo queremos resaltar lo que él llamó “Acuerdo Nacional” o “nuevo pacto
social”, a la luz para su funcionamiento, del “pluralismo social”.
El
presidente dijo: “Los panameños nos vamos a poner de acuerdo. Evitemos
desencuentros. No hay otra opción. Para este propósito, cuentan conmigo”.
Además, añadió “hoy los invito a que iniciemos un proceso de consultas hacia un
Acuerdo Nacional para darnos un nuevo pacto social en el marco de nuestro
Bicentenario”. Esta última referencia histórica no debe pasar desapercibida. En
el 2021 celebraremos el Bicentenario de nuestra independencia y que mejor fecha
histórica para asumir el compromiso cívico de sentar las bases para la transformación
del país, empero esto no se logra solo desde arriba, sino desde abajo, a través
de un verdadero diálogo nacional. No con una farsa endogámica o monológica.
Lo
resaltado del discurso del presidente, lo analizamos a partir del “pluralismo
social”, según Daniel Innerarity: “la política es una actividad que articula el
pluralismo social […] no hay buena política en aquella sociedad que, para
mantenerse unida sacrifica su diversidad”. Esa es la cuestión.
Hemos
visto cómo al menos desde el período post-invasión, los gobiernos se sienten
cómodos en la unidimensionalidad. Además de la poca cultura cívica y trabajo
organizativo para un pluralismo social, peor aún es cuando los gobiernos en vez
de potenciarlo lo obstaculizan. En la que gradualmente se va perdiendo la
comunicación entre el Gobierno y la sociedad. Así pierde la democracia y gana
el autoritarismo.
Un
“Acuerdo Nacional”, un “nuevo pacto social”, es factible si se está dispuesto a
dialogar sin agendas previas, sin recetarios impuestos. Es con el pluralismo
social que un diálogo nacional cobra sentido. En el que tanto el Gobierno como
los miembros de la sociedad puedan comunicarse sobre objetivos en común.
Todo
diálogo es un hablar entre dos o más personas. La pluralidad social no solo es
un asunto de multiplicidad, sino que debe incluir a los que piensan distinto,
ha de incluir al Otro. Esto es un asunto de política y en ella es necesario
“convencer”, nos dice Innerarity. Tenemos un mundo y país en común. La base del
diálogo está justamente en este hablar sobre lo común y los problemas
implícitos. Lo que más nos atañe ahora mismo es la economía de la salud y la
salud de la economía. Sin “convencer” estaríamos forzando al “Otro” a seguir
unidimensionalmente nuestro criterio. Aquí surge la coacción del pensamiento
ajeno, en este caso el del Gobierno, si este solo responde a los intereses de
un sector. El pluralismo social necesita del “antagonismo democrático”. Muchos
gobiernos le temen y procuran simular.
Sin
la participación ciudadana de los distintos grupos étnicos panameños, por
equidad de género, tanto con la participación de empresarios como de
trabajadores en igualdad de condiciones, sería condición ineludible para llegar
a convenciones reales. Si se sacrifica la diversidad como es habitual en
nuestra cultura cívica, está condenado cualquier intento de “Acuerdo Nacional”
o “nuevo pacto social”, usando los términos del presidente.
Hay
otro problema difícil de resolver. Las medidas anunciadas por el presidente son
neoliberales, lo cual no es sorpresa. Los gestores de los millones de dólares
serán los banqueros y empresarios, con un poco porcentaje para los pequeños y
medianos empresarios, y menos para los trabajadores. Por otro lado, el discurso
de la flexibilidad laboral tampoco aportará.
Este es un problema de fondo, olvida lo social y eso trunca cualquier
acuerdo, en todo caso sería muy limitado. Daría paso a un estallido social.
Si
queremos que un diálogo nacional funcione, debemos estar sujetos a lo
contingente, no partir de verdades absolutas, ni recetas, ni justificar lo
equívoco, ni temer a los antagonismos democráticos. Solo con pluralismo social avanzaremos
hacia un nuevo pacto social.
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