Un nuevo contrato social. Por:Abdiel Rodríguez Reyes
Junto a
otros colegas llegamos a la conclusión que necesitamos un nuevo contrato
social. Incluyendo en el campo del conocimiento, muchos de nuestros supuestos
se hicieron prácticamente añicos, lo que era sólido ahora se nos deshace ante
nuestros ojos. El nuevo contrato social es plantearse agónicamente las
convenciones para las reglas del juego.
Le tomamos prestado el título a Jean-Jacques Rousseau, quien
escribió Del contrato social (1762). Al inicio de este libro, hay una
cita de Virgilio interesante: “establezcamos un pacto con leyes justas”,
también este pensador nos señaló la necesidad de “convenciones” para “unir” la
“suma de fuerzas”.
Rousseau insiste en esto último. Tenemos que conocerlas. Una
convención institucional son las elecciones, cada vez más el porcentaje que
elige a quienes nos representan es menor. Una convención de mayor peso es la
histórica, la más reciente fue el fin del enclave colonial.
La preocupación por un nuevo contrato social es de vieja
data, pero surge en la coyuntura con la denominada “nueva normalidad”, nadie
sabe ni siquiera oficialmente qué significa, los empresarios quieren
“flexibilidad” y por otro lado se habla de resiliencia.
Nuestra experiencia histórica nos
muestra cómo hemos estado sometidos a pequeños grupos de poder económicos
quienes, según su interés privado, tienen el monopolio del poder. Esto lo
estudió Marco Gandásegui en los sesenta e Iván Quintero y William Hughes en los
ochenta. El problema no es que existan estos grupos, ni que tengan sus
intereses privados, todos tenemos los nuestros, el problema es que ese grupo
monopolizó el poder e imposibilita convenciones en las que participen otros
sectores, grupos, clases.
Tenemos que plantearnos los problemas desde nuestra propia
experiencia histórico social, de lo contrario estamos en banca rota política y
epistemológicamente. Es desde ese sentido referencial necesario plantearse la
cuestión de las convenciones para encarar los problemas.
Una primera convención podría ser partir desde un momento
material, el cual es, según Enrique Dussel: “la reproducción de la vida” en
comunidad con su entorno, desde abajo, este momento puede impregnar todos los
ámbitos de la vida, incluso en la técnica, la ciencia y la tecnología. Otra convención
sería relacionarnos de otra manera con la naturaleza, la cual ya expresa
explícitamente su rotura metabólica. También necesitamos relacionarnos de otra
forma entre nosotros mismo: con mayor sensibilidad y buen sentido. Entonces, el
nuevo contrato social debe plantearse desde ese momento, el cual se alimenta de
las experiencias histórico-sociales y utópicamente anhela otro mundo distinto.
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