“Tareas” de nuestro tiempo[1] Por: Abdiel Rodríguez Reyes
Buenas tardes a todos y
todas, para mi es un gran honor y, permítaseme los adjetivos, presentar la importe
Revista Tareas, fundada por Ricaurte Soler en 1960. Tareas es una revista que va con
y contra su tiempo, con su tiempo, porque se va
transformando con el, expresa su espíritu crítico. Es una revista militante, y
además, está en el proceso de indización, sin que una cosa riña con la otra, en
aras de cumplir con toda la formalidad de los estándares internacionales, para
no solo tener el respeto de la intelectualidad mundial, sino, también, estar en
los catálogos de mayor prestigio académico; contra
su tiempo, va contrasentido a la ideología neoliberal. En ese sentido, es muy
enriquecedor volver a la presentación de su primer número:
La
aparición de la presente Revista expresa una realidad y una aspiración: la
realidad de un grupo de intelectuales ─ término
que empleamos sin eufemismos ─
que interpreta los problemas nacionales a través de coincidentes supuestos y categorías, y la
aspiración a cancelar esos mismos problemas a traes de un pensamiento que a la
vez derive e incida sobre lo concreto (Tareas,
año 1, Panamá, Octubre de 1960, Nº1).
Antes de entrar
en lo sustantivo, quiero advertir las limitaciones de siempre, el tiempo y que
fue a última hora que me honraron con la invitación para presentar este número
de Tareas (Panamá, Enero-abril de
2018, Nº158). Advierto, no me voy a referir a todo el
contenido, por ejemplo: al debate Aparicio – Beluche, ya que, contamos (aquí en
la presentación) con uno de sus participantes el cual puede dar cuenta de ello,
en esa misma línea, tampoco me voy a referir al artículo sobre Alfredo
Castillero Calvo, por la misma razón anterior, Aparicio, uno de sus discípulos
más cercanos, lo podría hacer con mayor propiedad; pero, no quiero dejar pasar
la oportunidad para decir que, Castillero Calvo procura mantenerse alejado del
presente, no para prescindirlo, sino, guardando la distancia pertinente
comprenderlo objetivamente, desde su pasado, desde la raíz, siempre anuente de
cómo lo hemos interpretado, para impulsarnos prospectivamente. Castillero Calvo
usa como excusa (en buen sentido) algún tema reciente para llevarnos a la
profundidad del mismo.
Mi intervención tiene
como título: “Tareas” de nuestro tiempo.
La presentación de una revista es para levantar expectativas, no hablaré in extenso de cada artículo, sino, insinuar
su importancia, su relevancia, en fin, para que se animen a comprarla, la
liquidez financiera de la revista es fundamental (no la liquidez de Z. Bauman
muy de moda), mantener viva una revista impresa en la actualidad, es más difícil
que los doce trabajos que le pusieron a Hércules. Este número, está dividido en
seis secciones de actualidad para el debate de nuestro tiempo. Mundialmente
estamos como diría István Mészaros en medio “la crisis estructural del
capital”, y además, coyunturalmente vivenciando el resultado de aquella
mediante la acumulación de riqueza en el 1% de la humanidad, mientras que, la
desigualdad aumenta y el índice de biodiversidad disminuye. Entonces, nuestro
tiempo, necesita ser pensado para actuar (factiblemente) y transformarlo. El
papel de la conciencia jugará será central.
En la sección Ambiente, hay tres textos, uno de Guillermo
Castro, Panamá, un territorio en tres
tiempos que, con la agudeza de siempre, nos va mostrando lo rico que somos
y lo difícil de comprenderlo en su rica dimensión. Antes de la colonización de Abya Yala (AC) y después (DC), el
territorio panameño se organizó de forma distinta: AC de forma vertical, DC las
vías de comunicaciones son cada vez más horizontales, en particular con la
carretera Panamericana que se corta con el tapón de Darién como tal. De tal
forma que, el tránsito se concentra por la cuenca del rio Chagres con el Canal
de Panamá. Dicho de otra forma: “Panamá es un don del Chagres” diría Omar Jaén
Suarez. La conexión entre ambos océanos
es un tema de mayúscula relevancia para nuestro tiempo y el que viene, la gran
conexión que supuso el descubrimiento del mar del Sur nos invitó a pensar cómo
se organizó nuestro territorio, ahora nos debemos preguntar por la prospectiva
del mismo, en donde es necesario, la interacción de todos ámbitos del saber en
su conjunto para dar cuenta sobre la función de esa conexión en la organización
del moderno sistema mundial de hoy. Castillero Calvo lo ha explicado con
meridiana claridad, como recoge Guillermo Castro:
Esa
organización territorial pasó a sustentar aquella modalidad de tránsito interoceánico
que el historiador Alfredo Castillero designó ya en 1973 con el término “transitismo”,
que entraña el control monopólico de la actividad por una potencia extranjera;
la subordinación del resto del territorio y sus recursos a la protección y el
sostenimiento de ese monopolio, y la preeminencia política y cultural del área
así privilegiada (Tareas, Panamá, Enero-Abril de 2018, Nº158).
El segundo texto,
de John Bellamy Foster, La crisis del Antropoceno,
y con el afán de sacarle el mejor provecho, lo vemos bajo un prisma crítico
dentro de lo crítico. A saber, desde la(s) perspectiva(s) de(s)coloniales en
las cuales vengo trabajando, nos hacemos las siguientes preguntas, a partir de
lo que es el Antropoceno, entendido como: “la idea de que los seres humanos se
han convertido en la fuerza geológica emergente primaria que afecta al futuro
del sistema tierra (p, 18), ¿Es el ser humano, el que destruye, o es la
modernidad capitalista? ¿No es acaso, la modernidad capitalista que configura
la subjetividad? ¿El ser humano, en su esencia es destructor de su propio oikos-casa), (obviamente no tengo las
respuestas) […]¿las comunidades aurorales de Abya Yala destruían el planeta-la naturaleza como sí en el siglo XV
los ibéricos que colonizaron el Abya Yala?.
Estas preguntas nos pueden ayudar a reflexionar con orden el Antropoceno.
El siguiente
artículo es de mi amigo Cristian Abad Restrepo que, también al igual que yo, se
ubica, eso creo, desde la(s) perspectiva(s) descoloniale(s). El nuevo
pensamiento interpelador (de las nuevas generaciones) que se abre camino ante
el viejo pensamiento, siempre tropieza con las mismas piedras de siempre, con
la dificultad de un lenguaje claro, a veces queremos ponerle nuevos nombre a
viejos problemas, lo cual no resuelve nada; en ese sentido, es imperativo un
lenguaje preciso. La jerga decolonial, a veces no atisba en terreno fértil y
nos quedamos en las alturas conversando entre nosotros/as mismos/as, la
apertura al diálogo analógico es fundamental. Desde esta perspectiva, sin duda
a equivocarme, se buscan unas muy otras formas de pensar y criticar, con un Arturo
Escobar que diría: “desde abajo, por la izquierda y con la tierra. Remarca Abad
Restrepo, la importancia de lo local, como locus,
para la defensa de los mundos (añado posibles).
La segunda
sección, está compuesta por dos artículos, uno de mi autoría en el que no diré
más nada que es un análisis de la coyuntura política de Panamá. El otro
artículo, de otro amigo, Jorge Roquebert, trata otro tema crucial para nuestro
tiempo, ahora que está muy en boga el tema de los ODS como elixir; el tema
tratado por Roquebert es el de la educación intercultural, un tema que debe
cruzar todos los ODS, pero al analizar la aplicación de estos, vemos que no
está claro del todo, muchas veces se reduce la cuestión intercultural a lo
lingüístico, lo cual es necesario, pero no suficiente. La interculturalidad
debe pasar por el diálogo analógico entre cosmovisiones culturales distintas
que se enriquezcan entre sí, es desde esta perspectiva que, si queremos
discutir en serio, este artículo de Roquebert será fundamental para la
factibilidad de los ODS.
Quiero saltar a
la cuarta sección, con dos intervenciones sobre Marx, vale recordar que, el año
pasado se conmemoran los 150 años del tomo I de El capital y, este año, se conmemoran los doscientos años de su
natalicio. En términos generales, esperamos que esta preocupación por el gigante
de Tréveris no sea solo conmemorativa, sino de fondo. El tema de la mujer
siempre está reverberante, es que, no hubo tema que Marx no tratara, el de la
mujer no fue la excepción como bien señaló Barrantes en su texto: 150 año de El capital de Marx, las mujeres
siguen explotadas, un poco para polemizar en buen sentido, yo hubiese
escrito las mujeres seguimos explotadas, usando mayor proximidad en donde me
hago cargo de mi realidad. En esta misma sección, por su parte, Deyra
Caballero, señaló varios aspectos referentes a que, dentro de las discusiones
de El capital, e incluso, de las
organizaciones revolucionarias siempre se incorporó, claro, con las
limitaciones y prejuicios de su tiempo, a las mujeres. Es decir, las mujeres no
fueron excluidas de la crítica de la economía política.
Hilando el tema
de la mujer y la crítica de la economía política, Marx no dejó, reiteramos,
tema sin tratar, no quiere decir que los tratara todos a fondo y con la misma
pasión. En esa línea, recientemente Silvia Federici, nos ha llamado la atención
sobre un aspecto relevante: el trabajo no asalariado, muchas veces cubierto por
las mujeres, caracterizado por Marx, como “natural” y “arcaico”; en el siglo
XXI ya no podríamos hablar en estos términos. Dentro de la crítica de la economía
política están contenidas las condiciones de posibilidad de la liberación del
ser humano de las cadenas que lo atan, de vivir como servidumbre en la
modernidad capitalista como elementos indisociables. En la modernidad y el
capitalismo, la liberación del ser humano es un oxímoron, dado que, todo está
sujeto al valor de cambio. Tenemos que explotar el arsenal crítico de Marx.
Por último,
nuevamente enfatizar en las “Tareas” de
nuestro tiempo, como señalaba Mariátegui para Amuta, lo decimos para Tareas,
su obligación con las nuevas generaciones es durar, como todos saben, Mariátegui
siempre buscó sus propias raíces en la tradición inkaicas, y tuvo “definición
ideológica” como también la tiene Tareas.
El último aporte de la sección Tareas
sobre la marcha, es de Pedro Rivera Ramos, sobre Amelia Denis de Icaza,
poetiza panameña que, como señala el autor, es un “icono de resistencia” y,
como no recordar: “Ya no guardas las huellas de mis pasos” ─ de Al Cerro Ancón ─; en un contexto
neocolonial, parece que la burguesía rentista y el imperialismo las barrió y
escondió debajo. En tiempos difíciles necesitamos más amelias, soleres y
mariateguis que nos muestren el camino.
Muchas gracias
[1]Presentación
de la Revista Tareas, 19 de abril de 2018, librería universitaria, Universidad
de Panamá.
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