En el contexto del Día Mundial del Agua. Por Félix E. Villarreal V.



“Quien controla el agua, controla la vida. Quien controla la vida, tiene el poder”    Leonardo Boff.

Para tod@s los ciudadanos del mundo con conocimiento público sobre el tema, debe  reconocer que la Asamblea General de las Naciones Unidas, atendiendo la recomendación realizada en 1992 durante la Conferencia de ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro, aprobó por resolución, la Conmemoración anual la fecha del 22 de marzo, como el “Día Mundial del Agua”, con la intención de orientar y focalizar los diversos problemas inherentes de este recurso, como unos de los más valioso y preciado en el planeta Tierra.

Muchos científicos y especialistas han manifestado que, el agua, además de ser un elemento natural esencial para la existencia; por muchos milenios ha propiciado el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo que ha tenido un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, la salud humana y al medio ambiente. Pero en los albores del Siglo XXI, esa realidad poco a poco está cambiando en el planeta.

Muchos datos e investigaciones, sostienen que los recursos hídricos deben jugar un papel clave en la reducción de la pobreza, en el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. Pero pareciera que a nivel mundial, esto está apuntando solamente en lo económico, y no para fortalecer las economías locales, sino para garantizar grandes ganancias a empresas y trasnacionales. Más no así, a reducir la pobreza o garantizar la sostenibilidad en el ecosistema.

Es allí donde surge el gran dilema de Leonardo Boff cuando dice: “el agua ¿es fuente vida o fuente de lucro? ¿Es un bien natural, vital e insustituible o es un bien económico y una mercancía? Los que sólo buscan el lucro, la tratan como mercancía. Los que piensan en la vida, la ven como un bien esencial para todos los organismos vivos y para el equilibrio ecológico de la Tierra. Tener derecho a la vida implica tener derecho a agua potable gratuita. Pero al haber costes de captación, tratamiento, distribución, uso, reuso y conservación existe una dimensión económica innegable, que no debe prevalecer sobre el derecho, antes bien, debe hacerlo real y garantizado para todos”.

He aquí una confrontación de dos visiones sobre el vital líquido, como muy acertadamente lo plantea Boff; una ecosistémica y otra mercadológica. Donde la Primera“Afirma el agua como un bien natural, común a toda la biosfera, esencial para la vida de todos los organismos vivos, y es insustituible” y la Segunda “Se inscribe dentro de la lógica de la actual sociedad que ha puesto lo económico como el eje estructurador de toda la vida social esvaciando la política y enviando al limbo la ética”. Es decir, es vista como un recurso que por estarse escaseando en el planeta, gana más y de esta forma aumenta su precio en el mercado en todo producto que contenga o utilice de este vital líquido.

En nuestro país, los altos niveles de sequias en importantes regiones geográficas, son más que conocidos, producto de la deforestación incontrolada y por los efectos naturales y reales del cambio climático, que con el fenómeno del niño vienen azotando y causando grande problemas en los productores nacionales y en muchas comunidades campesinas; a razón de las hidroeléctricas, los proyectos mineros, la contaminación y desvíos en los ríos. Y en el caso de la metrópolis en el día a día, son más crecientes las manifestaciones comunitarias y barriales por falta de agua potable.

Ante esa realidad nacional y mundial sobre el agua, consideramos que es sumamente necesario insistir y fortalecer en la conciencia del ser humano, (pobre, rico, político y empresarios), sobre la importancia de conservar y cuidar este vital elemento natural de nuestro planeta; cuya responsabilidad va más allá de las campañas publicitarias, los foros, debates, conferencias o anuncios en los medios de comunicación.

En ese sentido considero que la responsabilidad que nos corresponde a todos, es ver el agua como la solución desde la visión ecosistémica y no solo desde la visión mercadológica.

Comentarios

Entradas populares