Moreno Davis y la Historia de la Filosofía en Panamá. Por: Abdiel Rodríguez Reyes
En este
artículo quiero resaltar algunos aportes de Julio Cesar Moreno Davis, quien
recientemente falleció, a la Historia de la Filosofía en Panamá, en particular a
partir de Historia, espíritu y autenticidad de la Filosofía en Panamá y
panameña (2006). A saber: la diferencia entre Filosofía en Panamá y Filosofía
panameña y los ciclos generacionales.
Moreno Davis tuvo su momento de oro, varias veces premio Ricardo
Miró, fue un catedrático en sentido estricto, ocupó puestos administrativos de
relevancia tanto a nivel universitario como nacional, como director de los
Archivos Nacionales. Moreno Davis fue asistente de Diego Domínguez Caballero,
máximo expositor de la ontología de lo panameño, quien además fue director del
Departamento de Filosofía durante tres décadas. Nuestro filósofo fue, además,
un crítico literario, ámbito del saber poco explorado por colegas de Filosofía.
De esa faceta: Encuentro con la poesía premiada de Tobías Diaz Blaitry (1994)
y Una cruz verde en el camino: análisis crítico (1991). Entre otras cuestiones dispersas, la obra de
Moreno Davis, como la de la mayoría de nuestros filósofos y filosofas, necesitan
un trabajo sistemático de reunirla en ediciones completas y críticas. Otro
aspecto no menor es su insuperable libro Vida, obra y pensamiento vivo de
Isaías García Aponte (1975).
Aterrizando en lo que nos interesa, en primer lugar, destaca
la diferencia entre Filosofía en Panamá y panameña, la conjunción supone una
relación, pero a la misma vez nos indica que no es lo mismo:
“Por filosofía en Panamá conceptuamos
toda esa gama de doctrinas, métodos y categorías filosóficas adventicias que
circulan por el Istmo, y que finalmente se insertan en la cultura filosófica
universitaria en virtud de la enseñanza que se imparte en el Departamento de
Filosofía” (2006: XVIII).
Con respecto a la Filosofía panameña:
“Por el contrario, si bien se
canaliza a través de esas doctrinas, métodos y categorías, se personifica en
una temática que no es exclusiva del pensador panameño; pero sí lo es en cuanto
a ella intenta penetrar los abismos existencias del ser panameño buscando una
unidad esencial que la haga comprensiva” (2006: XVIII-XIX).
En segundo lugar, con respecto a los
ciclos generacionales (zapadores, estabilizadores y consolidadores), esta
caracterización propuesta por Moreno Davis nos permite ordenar nuestro devenir filosófico.
“la década
del 40 es la de los zapadores de la Filosofía en Panamá; a saber, los doctores
Diego Domínguez C., Tobías Diaz., Julio Pinilla Ch., Eduardo Ritter Aislán,
además de Rafael Moscote (daba Filosofía de la Historia) [... ] la década del 50 los estabilizadores:
doctores Ricaurte Soler [aunque no fue
profesor del Dep. de Filosofía], Isaías García, José de Jesús Martínez, Ricardo Arias Calderón, Ariosto
Ardila, Humberto Zárate, Sergio Sandoval…la década del 60, los consolidadores:
doctores Alonso Villareal, Alberto Osorio, Claudio Young Diaz, Julio C. Moreno
Davis y Edilia Camargo” (2006:30).
Creo que, con estos dos aspectos fundamentales, por supuesto
no se agotan aquí, podemos ir organizando una necesaria Historia de la
Filosofía en nuestro medio. Moreno Davis me comentó en una ocasión que la obra
citada estaba pensada en dos tomos, pero tenía dificultades para el segundo por
las pocas publicaciones posteriores a los consolidadores. En la actualidad las
cosas han cambiado. Pero la preocupación por sistematizar el desarrollo de nuestras ideas está latente.
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