Ola de escándalos políticos en Panamá - Abdiel Rodríguez Reyes
La ola de escándalos políticos, es entre
otras cosas, producto de la crisis interna de nuestra – clase política criolla–
para hilar más fino, del detrimento del sistema de partidos. Una discusión de
mayor aliento nos llevaría a encarar a la oligarquía con el capital emergente
producto de la malversación de bienes públicos.
Los escándalos, como lo son todos, no
dejan ver la raíz de los problemas y nos quedamos discutiendo sobre las ramas.
Entre ellos tenemos a un magistrado de
la Corte Suprema de Justicia procesado por diversos casos de corrupción que
ascienden a millones de dólares, le tocara a los diputados, si se da el caso,
juzgar a este magistrado. Las voces por justicia en este caso se alzan por
doquier, quieren ver al mejor estilo de la película de Sergio Leone, que
diputado vende su voto por un puñado de
dólares más.
Otros escándalos no se quedan atrás,
como la malversación de fondos millonarios, en el Programa de Ayuda Nacional
(PAN), que a pesar de todas las críticas aún sigue funcionando, como si no ha
pasado nada, esto es un gatopardismo institucional, cambiar para quedar en lo
mismo.
Las escuchas telefónicas, que sirvieron
para desestabilizar a la oposición y controlar la gestión gubernamental,
destapó la necesidad de repensar nuestros servicios de seguridad al contrastarlos
con nuestros derechos ciudadanos, de no ser objeto de pinchazos para la
extorsión política.
Los diputados tampoco escapan a esta ola
de escándalos, cuando han incurrido históricamente en el error de confundir su
misión de legislar para el país, con la de madrecitas de la caridad, regalando
de jamones hasta tasas para tomar café. Fomentando el clientelismo.
El escándalo más mediático, es el que
involucra al ex presidente del gobierno pasado, que nadie sabe dónde está, ni
está claro cuál es el procedimiento a seguir para procesarlo.
Aunado a esto, tenemos un gobierno que
bien se le puede calificar en términos generales como lento y sin un claro
proyecto de país, aún muy temprano para juzgarlo, de eso se encargará la
historia, pero con una muy marcada improvisación en su gestión gubernamental.
De toda esta ola de escándalos, que
asciende un déficit por los dos mil millones de dólares, sino se concretiza
ninguno o se es selectivo, nos quedará la lección, que para alcanzar una
sociedad justa y democrática necesitamos otra clase política.
Y la persecusión Varelista contra las autoridades del gobierno anterior? Adónde está la separación de los poderes y la democracia? La gerontocracia en el tribunal electoral de a dedillo presidencial? Y la otra gerontocracia en la Universidad de Panamá más penosa aun que se perfila (desde ya) como virtual ganadora de las elecciones del 2016 por las redes clientelistas que ha tejido?
ResponderEliminarSaludos, Joao