El pensamiento anticolonial de Roberto Fernández Retamar. Por: Abdiel Rodríguez Reyes

En contexto
El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (clacso) ha reconocido a las y los grandes pensadores de Nuestra América. En el marco de su 50 aniversario desarrollará una serie de actividades en Cuba, cuna del pensamiento anticolonial y antiimperialista en donde se le dará un reconocimiento a Roberto Fernández Retamar, además, se presentará una antología sobre su obra: Pensamiento anticolonial de nuestra América (goo.gl/trsU6Z) que se encuentra en acceso abierto en el portal virtual del clacso. No hay duda de que, al menos de Martí a Fernández Retamar, contamos con una tradición de pensamiento anticolonial y antiimperialista a la cual siempre podremos acudir para subirnos sobre hombros de gigantes.
En lo que respecta a Panamá, aún no logramos liberarnos del todo, en la década del ochenta Ricaurte Soler y Guillermo Castro Herrera nos advertían del “proyecto del nuevo bloque dominante [...] que caracteriza la transición al neocolonialismo a Panamá” (goo.gl/ixqC8A). El simple hecho de criticar seriamente las formas de colonialismo en nuestro contexto es ya revolucionario en un contexto en el que estamos acostumbrados a cambios maquillados que, al final, terminan por ser lo mismo. En ese sentido, el pensamiento de Fernández Retamar es aleccionador para no perder esa tradición anticolonial y antiimperialista, aún más cuando conocemos concretamente los embates de la política exterior de los Estados Unidos, como su invasión de 1989 y, más recientemente, al incluir al dueño de Grupo Editorial El Siglo & La Estrella de Panamá en la Lista Clinton, pone en riesgo las operaciones del rotativo más antiguo del país: La Estrella de Panamá
El autor y su obra
Roberto Fernández Retamar es bien conocido en las letras y el pensamiento crítico en Nuestra América. O, para usar la nomenclatura del clacso, es una pieza clave del pensamiento social crítico latinoamericano y caribeño. Es una mezcla de rigurosidad ensayística y sutileza literaria que da como resultado un pensamiento excelso, en donde lo sublime es lo que realmente da paso a los procesos transformadores. No hay desperdicio en cada línea de la obra de Fernández Retamar; se trata de una epifanía de sabiduría y es, como diría Marx, “un asalto a los cielos.”
Para referirnos a la obra de Fernández Retamar, adicional de la epifanía de leerlo, nos ceñiremos a lo expuesto por Fredric Jameson en el prefacio de Todo Calibán (goo.gl/94v4ga). Jameson señaló la necesidad de repensar la relación entre política y poesía que parece haber dado rienda suelta en direcciones opuestas, cuando no debería ser así; la poesía en su sublimidad puede contener las más profundas y revolucionarias transformaciones. Jameson también enfatizó en la idea que está muy presente en Fernández Retamar acerca de cuál es el locus y el lenguaje en que uno está y se expresa. Jameson es consciente de lo diferencial del contexto norteamericano y el nuestroamericano (para usar el término de Horacio Cerutti-Guldberg). Jameson hace equivalente el Calibán de Fernández Retamar con el Orientalismo de Edward Said. Las comparaciones son odiosas, a menos que sean funcionales a un propósito determinado; el que queremos exaltar aquí es el del gran impacto en el pensamiento social crítico latinoamericano y caribeño que causa cada línea de Fernández Retamar, tanto como el Orientalismo de Said en el mundo anglosajón.
La simbiosis entre lo poético y lo político en nuestro autor se encumbra en su propia figura. Tanto la lucidez estética, como el compromiso político y revolucionario —señala Jameson­— son absolutos. En el mejor de los casos, el intelectual comprometido puede aguijonear su entorno como el propio Jameson lo hace en la proyección del pensamiento crítico. En la praxis, como se puede verificar, los logros institucionales de Fernández Retamar no son pocos, siempre con una carga revolucionaria y lucidez tremenda para llevar a buen puerto las empresas más encomiables de la Revolución cubana, como Miembro del Consejo de Estado de Cuba y Presidente de Casa de las Américas, entre otros.
Anticolonialismo, antiimperialismo
En Nuestra América vivimos el colonialismo y el imperialismo desde hace más de cinco siglos en todas sus formas, vetustas y nuevas. Aún tenemos colonias y los coletazos del imperialismo pegan fuerte. Fernández Retamar condenó la invasión a Panamá como un crimen “impune”: así opera el Imperio, como policía del mundo, al margen de la soberanía de los pueblos.
Fernández Retamar fue un ferviente lector de la literatura anticolonial y antiimperialista, de Fanon, Martí, Ho Chi Minh, Lenin y el Ché, teniendo un background así, no podríamos seguir lo que dicen Michael Hardt y Antonio Negri en Imperio, de que “el imperialismo ha terminado,” lo cual fue duramente criticado por Atilio Boron en Imperio e Imperialismo, realmente no ha terminado. En términos teleológicos los coletazos del Leviatán incluso pegan más fuertes en su agonía. Los países que están subordinados de alguna u otra forma a esa dinámica conocen muy bien las consecuencias.  
Una de las tantas ideas interesantes que propone nuestro autor, y queremos rescatar aquí, es la de las “potencias subdesarrollantes.” Como la historia nos muestra, son los países hoy industrializados, capitalistas y con el control monopólico de los circuitos financieros los que impusieron colonias por todo el mundo y se han pasado el bastón de mando del Imperio tras siglos, los que subdesarrollan a los demás. Ahora estamos bajo el mando, como diría Martí, de la “Roma americana” con todo y su Julio César, que está en constante movimiento y transición, para bien o para mal, de un mundo unipolar a uno multipolar.
En el contexto panameño se analiza muy poco críticamente el anticolonialismo o antiimperialismo, como si el colonialismo o el imperialismo no lo viviéramos en carne y hueso; se opta por publicitar análisis menudos que no significan nada, los efectos, tanto de lo uno, como de lo otro, se maquillan con conceptos como la globalización que —como ha dicho John K. Galbraith— los norteamericanos inventaron para ocultar la política de penetración económica en el exterior. En un escenario así, Fernández Retamar es un autor imprescindible para la formulación de un pensamiento crítico que responda a nuestros problemas.



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