Filosofía e innovación. Por: Abdiel Rodríguez Reyes
Como
es de costumbre, desde el 2002, la Conferencia General de la UNESCO estableció
el Día Mundial de Filosofía el tercer jueves de noviembre. En esta ocasión
quiero pergeñar algunas ideas en torno a la relación entre Filosofía e innovación.
No
hay forma de saber cuantitativamente si la Filosofía es útil para algo. Pero
aún en esas circunstancias, hasta lo inútil, en este caso la Filosofía, –
siguiendo a Nuccio Ordine, en su manifiesto: Utilidad de lo inútil – sería útil.
“Existen saberes que
son fines por sí mismos y que – que precisamente por su naturaleza gratuita y
desinteresada, alejada de todo vínculo práctico y comercial – pueden ejercer un
papel fundamental en el cultivo del espíritu y el desarrollo civil y cultural
de la humanidad. En este contexto, considero útil todo aquello que nos ayuda a
hacernos mejores.”
Según
el Banco Interamericano del Desarrollo, la innovación es uno de los elementos
centrales para el desarrollo de los países, particularmente en Centroamérica donde
es tan necesario con los altos porcentajes de desigualdad social. De tal forma
que, la innovación se convierte en pieza angular para las políticas públicas de
los países subdesarrollados o en vías de desarrollo si quieren salir de ese
estadio.
Desde
la tradición occidental, la Filosofía ocupa un lugar corolario en el ámbito del
saber, nace del asombro, al menos para Aristóteles. Podríamos decir que, sin asombro
no hay innovación y sin innovación no hay desarrollo; insisto, el asombro
incita a la hay innovación: probando, ensayando, errando, hay una correlación
entre el asombro y la innovación. No es asombrarse por nimiedades pueriles,
como quien fue el último eliminado de big
brother o quien ganó en calle 7.
En
ese sentido, la Filosofía deberá volver sobre sus cimientos, sobre sus raíces,
al asombrarse, a subir el nivel de conciencia para asombrarse por cuestiones
que realmente sean para el desarrollo y la producción de la vida, para el
bienestar humano, para un mundo de equidad y justicia social. Esto se alcanza mediante proceso de larga duración, que se
podría materializar si empezamos a trabajar ¡ya! Es decir ahora mismo, en una
educación integral científica y humanística.
Abdiel, gracias por esta reflexión, pertinente y necesaria hoy más que nunca. Ela
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