César Young Núñez, poeta de la risa y la ironía. Por Rafael Ruiloba*

Hay muchas expresiones que nos servirían para caracterizar la obra del poeta César Young Núñez, si consideramos la premonición del poeta Wystang Hugh Auden, quien nos advierte que vivimos en una civilización unificada monótonamente, como si la maldición de Babel callera sobre la humanidad con su baba rutinaria , por lo que él piensa que solo la poesía puede ser el antídoto de esta modorra existencial. 
En este caso diremos que la poesía de Cesar Young Nuñez , poeta bisiesto cotidiano y manso, como él se describe, es ese antídoto contra la monotonía existencial de la cultura de consumo. Contra la rutina verbal de las palabras sin sentido, o contra el lenguaje encubridor de la realidad; contra la tipificación de los sentimientos o la ausencia de ellos.
Su poesía es un antídoto por su sentido refractario a los sofocos de las ideologías o los contubernios de la desolación; nos devuelven con la pureza del humor y la mordacidad de la ironía , el pensamiento crítico que despierta nuestra conciencia para que la vida cotidiana no sea una capilla sin difuntos que arde en las conciencias blanqueadas a perpetuidad.
Porque como dice el poeta mi poesía surgió de un mundo donde la inversión de valores hirió de muerte a las cosas más sagradas y a los valores más amados de la humanidad.
Si consideramos las palabras de Carlos Martínez Rivas, el poeta nicaragüense de la Insurrección Solitaria quien denuncia que vivimos en una civilización capaz de destruir las Pirámides de Egipto para hacer un estacionamiento, por eso considera a la poesía como un antídoto contra la estupidez humana, por eso digo que la poesía de César Young Núnez es ese antídoto.
En su ponencia en el Pen Club escribió
“La literatura ocupa un lugar muy secundario en la estimación de los gobiernos y también de un público, cuyo radio de lectura en su gran mayoría apenas si alcanza a leer el periódico. Por otra parte la tecnología ha invadido el ambiente con nuevos entretenimientos electrónicos y musicales, lo cual repercute en el público anestesiado que camina sin rumbo y sin objeto por la vida. En esas condiciones la literatura como expresión de las realidades vitales de la condición humana, como corriente de energía, que el escritor transforma en critica de la realidad, queda desvirtuada .
Nosotros pensamos que la literatura en esta parte del mundo no solo debe servir para interesados de la felicidad a esclarecer las oscuras realidades que nos rodean, sino a la búsqueda de la recreación de nuevas realidades y en última instancia tratar de apartar la sombra que tapaba la visión de Diógenes d del barril exigiendo luz, al igual que el moribundo de Weimar cuando clamaba por un poco más de luz”
Si consideramos las palabras de Leon Tolstoy cuando dice que no puede haber arte cuando existe un divorcio entre lo útil y lo espiritual, diremos que la obra de César Young Núñez es el ejemplo clásico del arte, porque su obra es un ejemplo de su autenticidad humana. Porque une lo espiritual con lo útil cuando niega la literatura como propaganda, ya que esta no es más que la prolongación de una herejía , por eso la obra de Cesar Young Núnez, por medio de sus Crónicas de rutina, restaura el orden del mundo para la conciencia subjetiva y por medio de ellas hace un retrato de almas, con las cuales hemos compartido la vida como dice Miro Popic, su editor, así logra un retrato de almas , dibujadas con palabras simples bajo el pincel generoso y amplio de la amistad; por eso sus retratos cotidianos nos devuelven la inocencia perdida, y nos renuevan el espíritu con la nostalgia de lo que fuimos, nos remienda el corazón con sus ocurrencias y nos ilumina la conciencia con su humor, y sobre todo por la verdad oculta en sus palabras.
La utilidad de su obra es la de ofrecernos el escudo de Perseo , para alcanzar la madurez por medio de la seriedad que tiene uno al jugar . Jugar en un mundo donde ya no tenemos una noción clara de qué es ser inocentes. Jugar en un mundo sin utopías o donde la utopía es la felicidad personal, la alegría de vivir como ultima coartada de la esperanza; jugar en un mundo donde el único edén es el entorno cultural de su propia conciencia. Esto no solo lo propone la décima oda píptica de Píndaro, sino la poesía de Cesar Young Núnez, donde el hombre feliz es un hombre afortunado.
“Mi poesía esta traspasada por el humor” dice el poeta “y por las furtivas cacerías en el coto de caza de la anti poesía”, para ponernos en contacto los sentimientos del hombre real. Si bien la anti poesía se nutre del desgaste de una tradición, ya que usa la desmitificación por la ironía, de esta manera, el poeta renueva la fe con sus sonetos para el almanaque de Bristol, almanaque de la vida cotidiana, y de esta manera los símbolos de la buena fe son renovados por su poesía. San Ivo juega vivo.
Si consideramos como Mallarme que el verdadero poeta debe escribir un libro sagrado, diremos que Cesar Young Nuñez ha convertido la sacralidad del humor en un instrumento para salvar la sacralidad espiritual del hombre de la chatura moral de nuestra época, donde podemos ser engañados por un vendedor de autos, lo mismo que por un obispo o podemos ser un personaje de Kafka esperando que el guardián nos diga ya estás fuera del juego de la vida porque a mí me da la gana, sobre todo si cuando salidos a la calle entramos a otro mundo kafkiano llamado Panamá.
El poeta nos recuerda que el humor tiene mayor eficacia desmitificadora,
Que en la poesía también se puede despojarse del ego poético convencional, para enriquecer con la parodia y el humor, la vida de todos con esa poderosa verdad implícita que nos enriquece si la entendemos, porque el humor es es un acto de inteligencia sublime.
Vivir como poeta nos dice es poder escuchar con una oreja destapada el canto de las sirenas. Es poder enterrar una estaca ardiendo en el único ojo del ciclope Polifemo es poder besar a la bella Helena con todo el amor de Paris y poder huir de la hechicera Circe y ser rescatado por la por la ternura y el cariño de Nausícaa y con el retorno de Ulises, tener a Penélope entre los brazos después de tantos años y llegar a saber que las golondrinas de Becker volverán a colgar sus nidos en tu balcón y saber en fin que gracias a Dante Betriz de Portinari vive en mi corazón y en mi memoria
En otras palabras el poeta nos recuerda que la literatura nos hace vivir la historia de la humanidad como un acto de la cultura, y esta es la única tradición que nos hace humanos
 *Presidente del Consejo Nacional de Escritores y Escritoras de Panamá. 

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