Ricaurte Soler*: Por Abdiel Rodríguez Reyes
Mural, "La Universidad profunda" Quintanar (2010)
"A Ricaurte Soler le debemos,
entre otras cosas, entender lo que somos. Ese afán por demostrar que lo
panameño es, que la panameñidad se manifiesta como condición más allá
de lo posible en medio de los oprobios de la historia y las agresiones,
fue la obsesión de su vida".
Pedro
Rivera
El 14 de agosto se conmemora el vigésimo
aniversario de la muerte de Ricaurte Soler. Estas breves líneas las escribo,
por la urgente necesidad de una historia intelectual nacional, esto
representaría, algo ineludible, saber cómo se organiza nuestro conocimiento.
Un esfuerzo en esta dirección, es el
artículo de Briseida Allard; Ricaurte Soler apuntes para un retrato
intelectual, en la Revista Tareas
N*88, y el premio Ricardo Miró en la sección de ensayo 2007 Filosofía de la nación
romántica, de Luis Pulido
Ritter, que al referirse a Soler, lo llamó “filósofo nacional de la
situación neocolonial panameña”, a quien le tocó vivir momentos difíciles como
el 9 de enero de 1964 y la invasión norteamericana. Cuestión que nunca superó
igual que la muerte de su inseparable amigo José “Chuchu” Martínez.
Soler siempre estuvo convencido, igual
que gran parte de filósofos latinoamericanos, principalmente Leopoldo Zea, de
fundar filosofías nacionales a partir de su propio contexto histórico, borrando
los elementos exógenos. Para lograr esto, fue necesario que el discurso
nacional adquiriera un padre, en el caso de Panamá, Soler lo encontró en Justo
Arosemena, figura ideal.
Entre la variedad de problemas
históricos, filosóficos y sociológicos que trato Soler, podemos dividirlos en
tres partes, no haremos referencia a la extensa bibliografía soleriana. Una
primera parte la encontramos en los estudios vinculados a la historia de las
ideas, cronológicamente van desde la década del cincuenta hasta mediados del
sesenta, estos textos son: Estudios sobre historia de las ideas en América.
Pensamiento panameño y concepción de la nacionalidad durante el siglo XIX (1954), que fue su trabajo de graduación,
originalmente tenía como título Contribución
para la historia de las ideas en el Istmo durante el siglo XIX. Su tesis
doctoral en la Universidad de Paris El positivismo argentino (1958). Y,
Estudio sobre historia de las ideas en América (1958-60), que trataba centralmente
de la recepción de los autores latinoamericanos en Europa, estos últimos dos
trabajos Soler los realizó en las bibliotecas parisinas. También
hay que incluir en esta parte el Estudio
y antología del pensamiento Político en los siglos XIX y XX (1988), que fue publicado después
de la fecha delimitada pero que tiene una importancia capital en la historia de
las ideas políticas.
Una segunda parte trabajada en la década
del setenta está latente la preocupación por el método, a esta responden los
textos, Estudios filosóficos sobre la dialéctica (1973) y, Materialismo e idealismo
una alternativo (1974).
Por último, hay una larga lista de títulos,
que ocuparon gran parte de su producción teórica, que van desde finales del
setenta hasta su muerte en el noventa, a estos corresponden los estudios nacionales
e hispano-latinoamericanos. Que van desde Clase y Nación en
Hispanoamérica (1975) hasta La invasión de Estados Unidos a
Panamá neocolonialismo en la Guerra Fría (1991), pasando por Idea
cuestión nacional latinoamericanas (1980).
No hay que pasar por alto que hay un texto neurálgico a estas tres parte; Formas
ideológicas de la nación panameña (1963).
Hay que tener en cuenta que Soler desde
muy temprano estuvo vinculado a los magnos centros de producción de
conocimiento, como el Institut des Hautes Etudes de L´Amérique Latine en Paris,
La Sorbona, la Universidad de Vincennes y la Universidad Autónoma de México.
También estuvo afín a las grandes editoriales como Siglo XXI, Paidós, Educa,
Anthropos, Casa de las Américas, Fondo de Cultura Económica, entre otras más. También
a gran número de revistas, continentales y europeas, y diarios como El
Día de México, en El País escribió un artículo en 1988
titulado Política exterior de Panamá y
crisis.
En materia bibliográfica, a inicios de siglo,
hay dos textos significativos que se han referido exclusivamente a la vida y
obra de Soler, como es el caso del texto Pensamiento de Ricaurte Soler
aproximación bibliográfica de
Úlices Alvares, que es una minuciosa revisión de la extensa bibliografía
soleriana. De Miguel Montiel Guevara: Ricaurte Soler la cuestión de la
identidad nacional y latinoamericana. También se han realizado significativos
compendios como los de Enrique Dussel y Mario Magallon Anaya en México donde se
han referido, al que ha sido por excelencia, el teórico de la nacionalidad del
siglo XX, Ricaurte Soler.
Con la fundación de revista Tareas en octubre de 1960, órgano de
difusión de pensamiento crítico latinoamericano, que abarcó los principales
problemas políticos, sociales y culturales de treinta cuatro años durante Soler
fue director hasta que un infarto el 14 de agosto de 1994 acabara con su vida,
se logró “expresar a nivel
intelectual las inquietudes de un selecto grupo de profesionales y nobeles
políticos y luchadores sociales de ideología socializante, que requerían con
urgencia de una publicación que diera cabida a sus inquietudes y sus ansias de
renovación de las anquilosadas estructuras de la cuasi inexistente
actividad cultural y vida intelectual del Panamá de entonces”. Como lo
dijera él mismo.
Más allá de las cuestiones descriptivas,
el aporte de Soler es sustantivo, en la medida que es el pensador creativo
capaz de articular un discurso con la capacidad explicativa suficiente para
hacer tradición en Panamá – y en efecto eso fue lo que ocurrió – ya sea para
seguir o alejarse, Soler es lectura obligada entre nosotros, para comprender
los dilemas de la modernidad panameña.
Abdiel
Rodríguez Reyes.
Profesor investigador de Filosofía y Ciencias Sociales. Director de la Revista
Filosofía y Sociedad.
* véase: http://laestrella.com.pa/panama/ricaurte-soler-veinte-anos-fallecimiento/23794632http://alainet.org/active/76100
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