La importancia de la investigación histórica y de las humanidades para la compresión de nuestro mundo, el ejemplo de Alfredo Castillero Calvo. Por: Marixa Lasso


Buenas noches, es un gran honor estar aquí y participar en este homenaje a mi querido profesor y mentor. Siempre curioso y siempre innovador, dos características del buen historiador y del buen científico, el dr. Castillero-Calvo jugó un papel fundamental en nuestra comprensión de la historia de Panamá y de América Latina. Desde su primer libro Estructuras Sociales y Económicas de Veraguas desde sus orígenes históricos, Siglos XVI y XVII (1967) hasta sus libros más recientes, los trabajos del Dr. Castillero Calvo se han caracterizado por su rigor y por su innovación. No es exagerado decir que sin el trabajo del Dr. Castillero Calvo, los panameños no conoceríamos nuestra historia colonial.
La excelencia del trabajo del profe Alfredo, como le dirían con cariño mis estudiantes en Bogotá, se refleja en el reconocimiento internacional y nacional que se ha ganado. A nivel nacional ha sido galardonado con el premio Ricardo Miró (1994), con el premio Universidad, en Ciencia y Tecnología (1999), y a nivel internacional se le ha otorgado la prestigiosísima tarea de ser miembro del comité científico para la redacción de la Historia de América de la UNESCO y codirector de uno de sus volúmenes. A muy pocos historiadores se les concede esta responsabilidad y este honor. Más recientemente, en el 2016, la Real Academia de la Historia de Madrid lo nombró académico correspondiente, un honor que reciben muy pocos historiadores, aún dentro de España. La producción académica del dr. Castillero Calvo y su reputación internacional son motivo de orgullo para todos los panameños.
El dr. Castillero Calvo también ha sido un excelente profesor, además de promover el estudio de la historia impartiendo clases y dirigiendo tesis en la Universidad de Panamá, también ha escrito y editado libros que se han vuelto esenciales para enseñar cursos de historia de Panamá. Soy testigo de ambas cosas. Fui su estudiante en la Universidad de Panamá a principios de los años 90. Me enseñó principios que guían a todo historiador de primera: pasión por la investigación, rigurosidad en el trabajo de archivo, y amor por la escritura. Recuerdo el entusiasmo con el que nos contaba sobre sus nuevas investigaciones. Una vez, por ejemplo, nos habló de cómo el estudio de las murallas de Portobelo y de su método de construcción podía ayudarnos a entender cuanto coral se había destruido para construirla. Todavía recuerdo como si fuera ayer, como esa idea me trastocó la cabeza. ¡Eso quería decir que la historia podía servir para que los biólogos marinos entendieran la ecología histórica de los corales! En esos tiempos, el dr. Castillero-Calvo también estaba escribiendo sobre la rebelión contrerista y con entusiasmo nos enseñaba como a través de una rebelión se podía hacer una radiografía de la sociedad. Y es que sólo un profesor que también es investigador puede transmitir ese entusiasmo que generan los descubrimientos y las nuevas perspectivas. Gracias a él tuve acceso a los métodos históricos más sofisticados y a debates históricos sobre los que era muy difícil informarse en Panamá.
Como director tesis, el dr. Castillero Calvo fue una fuente de inspiración y un gran punto de apoyo. Bajo su exigente y alentadora dirección aprendí las complejidades de la investigación histórica. Recuerdo escucharlo hablar de los archivos, de los retos que estos presentan, así como también de las maneras de solucionarlos. El que la universidad de Panamá lo tuviera como profesor, nos abría un mundo a sus estudiantes. Gracias a sus enseñanzas me fue posible iniciar y terminar exitosamente exigentes estudios de maestría y doctorado en los Estados Unidos. Además, Alfredo fue un mentor generoso y tengo una deuda particular con él. El no lo sabe, pero fue la primera persona que creyó en mi como historiadora, como investigadora y como futura colega. Y creo que su estímulo y su fe fueron fundamentales para que me atreviera a postular a becas y a salir a estudiar al extranjero. Una vez afuera, durante esos primeros años tan duros de adaptarse a otro ritmo de estudios y a escribir y leer en otro idioma, creo que no me desanimé en gran parte debido a la confianza que él había tenido en mi trabajo. Siempre le estaré agradecida por eso.
Ahora que soy profesora de historia en la Universidad Nacional de Colombia y he creado el primer curso de historia de Panamá de esta universidad, mi profe me sigue acompañando. En este curso, los libros que ha escrito y editado el profesor Castillero-Calvo son indispensables, simplemente no puedo imaginarme enseñar la historia de Panamá sin sus escritos. En mi curso, los estudiantes leen capítulos de la Historia General de Panamá y capítulos de la Historia Contemporánea de Panamá, 1808-2010 (). Además, tanto sus libros recientes, como La conquista del Pacifico y los Orígenes de la Globalización (2013), así como sus publicaciones clásicas, como La Ruta Transístmica y las Comunicaciones Marítimas Hispanas, siglos XVI al XIX o Los negros y mulatos libres en la Historia Social Panameña, me son imprescindibles para preparar mis clases. Es importante resaltar que la importancia de un historiador también se mide por el uso que sus colegas den a sus publicaciones en sus clases.
Podría seguir hablando de los recuerdos que tengo de mi profesor. Pero quiero usar los pocos minutos que me quedan para hablar de cómo el trabajo de Castillero no sólo ayuda a entender nuestro pasado, sino que también nos ayuda a comprender nuestra sociedad actual y tal vez a encontrar soluciones a problemas acuciantes del presente. Porque, contrario a lo que se dice, la historia no impide que repitamos los errores del pasado y tampoco predice el futuro. Pero la historia si puede ayudarnos a entender de dónde venimos y nos puede ayudar a entender cuál es el origen de los problemas que nos afectan, y también nos ayuda a entender la riqueza de la experiencia humana
Al Dr. Castillero Calvo le debemos una vida dedicada a estudiar la historia de Panamá en el archivo de Indias de Sevilla. Su trabajo se caracteriza por la investigación rigurosa y paciente de fuentes primarias de todo tipo. Porque es sólo la investigación rigurosa en los archivos la que permite que un historiador se salga de los lugares comunes heredados, pueda retar concepciones equivocadas sobre nuestro pasado y presentar perspectivas nuevas sobre nuestra historia. Gracias a esta investigación, el dr. Castillero Calvollenó de vida la historia de nuestras ciudades, caminos y montañas. Gracias a él, las ruinas de Panamá Viejo se llenaron de gentes, de muebles y decoración. Gracias a él, podemos imaginarnos las mulas entrando a la ciudad. Es tal el detalle de su descripción, que podemos casi olerlas. Gracias a él, podemos entrar a las casas y ver sus decorados. Podemos ver a las mujeres de recibiendo visitas en sus estrados, podemos ver que había espejos por todos lados y que esos objetos de lujo no solo estaban en las casas de la elite, también estaban en las casas de los artesanos zambos y mulatos. Podemos ver a los miembros de la elite recibiendo a las visitas en su cama, no porque fueran perezosos, sino porque las camas eran los muebles más caros de una casa y cumplían funciones distintas a las que cumplen hoy en día y porque nuestra idea de lo público y lo privado era otra. Detrás de estas anécdotas, que pueden parecer curiosas, hay algo fundamental. Ellas nos recuerdan la riqueza de la experiencia humana, nos recuerdan que hay muchas maneras de vivir, muchas maneras de ser, que lo que nos parece normal hoy, no lo fue ayer, y probablemente no lo sea mañana. Y eso nos recuerda que como sociedad tenemos muchas opciones que no estamos atrapados en una sola manera de ser.
Gracias a su trabajo, entendimos también cómo funcionaba nuestra sociedad y quienes construyeron nuestros caminos, nuestras ciudades y nuestras murallas. Sabemos que la economía transístmica descansaba sobre los hombros de los esclavos. Ellos eran los arrieros que llevaban los trenes de mulas que transportaban las mercancías por el Camino de Cruces, y el Camino Real. Ellos, y sus descendientes, eran los bogas que llevaban pasajeros y mercancías por el rio Chagres. Fueron ellos los que construyeron las murallas y las casas de las ciudades portuarias. Sabemos, gracias a uno de los artículos que están en esta obra, que una de las peores crisis económicas de nuestra historia, se debió a la crisis del comercio esclavista de 1640. La falta de esclavos dejó a Panamá y al resto de la costa pacífica española sin importación esclavos, y por lo tanto, con una gran escases de mano de obra.
¿Y por qué es esto importante para nuestro presente? Por muchos motivos. Desde la historia económica, entender la larga historia de crisis nos ayuda tener una perspectiva sofisticada sobre como las crisis económicas internacionales afectan económicas pequeñas pero estratégicas como la panameña. También nos ayuda a recordar el efecto devastador que puede tener una crisis económica cuyo origen no controlamos. También nos ayuda a entender las consecuencias sociales y políticas de estas crisis.
Desde la historia social, su trabajo nos ayuda a entender y combatir el racismo. Los trabajos de Castillero nos recuerdan que el racismo que todavía afecta a nuestra sociedad es larga data, pero también su investigación nos da herramientas para combatirlo. Nos recuerda que fueron los negros libres y esclavos los que construyeron la ciudad y los caminos que la rodeaban. Y gracias a Castillero no solo hemos aprendido sobre la importancia de la mano de obra esclava, también hemos aprendido sobre el trabajo sofisticado de los artesanos negros libres y sobre su importantísimo papel como milicianos en las defensas de Portobelo y Panamá. Creo que lo que una de las cosas que más ayuda a perpetuar los prejuicios es el desconocer e ignorar la contribución de los diferentes grupos sociales a nuestra historia y al mundo en el que vivimos. Por lo tanto, reconocer su importancia histórica ayuda a combatirlo.
Otro temae de investigación de Castillero Calvo que es de suma importancia para el presente es el impacto que ha tenido nuestra posición estratégica en nuestra vida social y cultural. Una idea muy difundida sobre Panamá sostiene que el ser un país especializado en el comercio, convierte a la sociedad panameña en una sociedad sin raíces, en una sociedad de gente que va de paso, a quienes, por lo tanto, no les importa con la sociedad en la que viven. Los trabajos de Castillero Calvo, invitan a cuestionar esos mitos. Su investigación nos revela una sociedad con raíces profundas y con una gran riqueza de actividades económicas y culturales. El trabajo de Castillero nos recuerda que tuvimos artesanos que construían barcos y artesanos que construían joyas Y que aquí se importaban libros y existian mportantes colecciones de oleos y libros. Tal vez recordar la riqueza de nuestra historia colonial nos ayude a recordar que los puertos no son solo lugares de paso. Son también lugares donde la gente llega para quedarse. Que son lugares de enorme riqueza cultural y que con las políticas adecuadas pueden ser lugares de gran innovación.
Podría seguir con muchos otros ejemplos sobre la importancia del trabajo de un historiador como Castillero Calvo para nuestro presente. Pero mejor lo escuchamos a él contarnos sobre este hermoso libro que recoge una excelente muestra de sus artículos. Sólo quisiera terminar diciendo que un historiador de la talla del Dr. Castillero Calvo es motivo de orgullo e inspiración para otros historiadores panameños como yo. Ahora le cedo la palabra.
Marixa Lasso, 4 de julio de 2019.

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