La encrucijada de los profesionales de la Sociología. Por: Juvenal Eduardo Torres Domínguez[1]
La Sociología es una importante
Ciencia Social, cuyos inicios se remontan en Francia del siglo XIX; esta
disciplina estudia el comportamiento social desde múltiples perspectivas, a
partir de diversos enfoques teóricos y utilizando diversas metodologías. Sin
entrar en menudencias académicas, es la ciencia que estudia las sociedades,
instituciones, relaciones humanas y los comportamientos colectivos.
En Panamá, en el año 1972, en la
Universidad Santa María La Antigua (USMA) se fundó la primera escuela de sociología
(actualmente inexistente). Posteriormente, en la Facultad de Humanidades de la
Universidad de Panamá (UP), se creó en el año 1981 la Escuela de Sociología, la
cual ha aportado la mayor cantidad de profesionales de esta disciplina.
Finalmente, en el año 2012 la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI), abrió
una escuela de esta importante disciplina para la comprensión de los fenómenos
sociales. Por otro lado, la Sociología en el país, es reconocida por el aporte
singular de desaparecidas figuras como: Georgina Jiménez de López, Ofelia
Hooper, Néstor Porcell, Rafael Paniza, Andrés Bolaños, Harmodio Cedeño, y Raúl
Leis; entre otras figuras académicas e intelectuales reconocidas a nivel
nacional e internacional.
Según el censo de población del
2010 existen 472 profesionales de la Sociología, de los cuales algunos están
insertos en diferentes áreas de acción de la disciplina, como instituciones
públicas, privadas y mixtas, organismos no gubernamentales e internacionales,
responsabilidad social empresarial, como también, en gestión, planificación,
monitoreo y evaluación de políticas, programas y proyectos, y no menos
importante en la investigación y docencia universitaria.
La Sociología es una profesión
liberal, y como tal tiene una ley que reglamenta su ejercicio que es la Ley 1
de 1996, la cual se constituye en una importante conquista generacional por el
reconocimiento de esta disciplina estableciendo así disposiciones legales para el ejercicio de la profesión en el territorio
nacional.
A pesar de esta hazaña, 20 años después
quedan tareas pendientes para la total institucionalización y reconocimiento de
esta disciplina que ha aportado significativamente al desarrollo del país, como
un salario base conforme al escalafón salarial establecido por Ley que
reconozca el esfuerzo, dedicación y formación académica de los profesionales de
la Sociología en los espacios que laboran. Como también, funciones establecidas
en los manuales de cargos y espacios institucionales donde se requiera las
labores de un profesional de la Sociología.
Esto constituye sin duda una
lucha gremial reivindicativa de derechos laborales, proceso homogéneo con
cualquier profesión liberal, tomando en cuenta que en comparación con las otras
profesiones liberales en el país, la Sociología es relativamente nueva. También,
se convierte en una importante ocasión para el reconocimiento de una disciplina
que es apuntada por la Secretaria Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT) en
su Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Panamá 2015-2019; que
incluye en sus objetivos, el desarrollo de capital humano con altas capacidades
para las actividades científico - tecnológicas dirigidas, en este caso a las Ciencias
Sociales.
El desarrollo del capital humano
para la investigación y la institucionalización de la Sociología, pasa por un
entramado de situaciones complejas que lo postergan, como el modelo de
desarrollo del país enfocado en el transitismo y el sector terciario, y la
oferta educativa dirigida al sector servicio y la preparación técnica. Ante
este escenario el reconocimiento de un escalafón salarial para los
profesionales de la Sociología significaría un avance significativo para la
institucionalización de la profesión, que garantizaría indirectamente el interés
de las nuevas generaciones por el estudio de esta disciplina. Aportando al país
el capital humano que requerirá para afrontar los embates de los tiempos
venideros.
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