La "nueva normalidad” tras el COVID-19. Por: Abdiel Rodríguez Reyes
Todavía nadie logra definir
ni siquiera oficialmente con éxito que es eso de la "nueva
normalidad", sin embargo, ya parece habitual particularmente entre
nuestras autoridades gubernamentales usarlo. Y, cada vez más, se populariza.
Sólo podemos especular al respecto. Que es esto o aquello, pero nada en
concreto.
Martín Caparrós en su
columna en The New York Times señaló:
“la nueva normalidad, […] será la imposición de unos gobiernos empoderados por
nuestro miedo”. Pero no sabemos qué está en la mente de nuestras autoridades
gubernamentales cuando hablan de “nueva normalidad”.
En la indefinición está el
problema, porque puede significar cualquier cosa, desde mantener medidas
biopolíticas hasta la flexibilización laboral, post pandemia. O, como diría Slavoj Zizek: “la nueva normalidad
tendrá que construirse sobre las ruinas de nuestras antiguas vidas […]
tendremos que aprender a sobrellevar una vida mucho más frágil”.
No habrá ninguna
"nueva normalidad", lo que esto signifique, si no hay vacuna. En una
reciente entrada de su blog
GatesNotes, Bill Gates señaló que la vacuna contra el coronavirus podría estar
entre “poco como 9 meses o hasta dos años”.
Todos los cambios y
reajustes en estos meses serán intermitentes y rizomáticos. Cuando estemos
vacunados con certeza de que el Covid 19 no nos matará; entonces, podemos
pensar en eso que sea "nueva normalidad".
Estaremos por meses en eso
que Tomás Pueyo llamó "la danza de la R (tasa de transmisión)",
como el momento dónde "las medidas duras no serán permanentes", pero
pueden volver (véase sus aportes en Medium).
La ciudadanía en general
debe estar muy atenta a esto. Lo que nos parecía distópico se nos aparece
fantasmagóricamente ante nuestros ojos.
Los sindicatos, las
organizaciones sociales y la sociedad civil en general, tendrán una gran
oportunidad de reinventarse y cohesionarse; tendrán la carga histórica de
luchar para no retroceder en materia de derechos laborales y civiles en
general.
Hay quienes sólo están
preocupados por la salud de la economía (el flujo de caja y el mercado
neoliberal etc...) e instrumentalizan la economía de la salud, (tener un
porcentaje de contagio bajo, un RT bajo y capacidad en los hospitales, pero más
importante aún, prevenir) si pudiésemos superar este falso dilema, estaríamos
en mejores condiciones para debatir sobre el futuro del país.
La “nueva normalidad” no
es necesariamente un plan perfecto de fuerzas oscuras, también expresa la falta
de capacidad de propuestas alternativas; por lo tanto, el país debe continuar y
su conducción está — para bien o para mal— bajo quienes estén mejor organizados
en función de sus intereses.
De lo único que podemos
estar seguros con respecto a la "nueva normalidad" es la incertidumbre.
Sea lo que sea la "nueva normalidad", tenemos que estar pendientes.
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