Movimientos sociales y populares en contra del capitalismo histórico[1] - Abdiel Rodríguez Reyes
Recientemente se abrió un debate sobre el estado y
perspectiva del movimiento social y popular en Panamá.
Cabe preguntarse, cual es la razón de estos y contra
que deben luchar, para lograr al menos sus objetivos próximos y no perder de
vista aquellos objetivos generales de mayor alcance.
Estos movimientos como su nombre indica, tienen como
base lo social y popular, su lucha siempre está enfocada al respeto de los
derechos económicos, sociales, culturales y ciudadanos. Dentro de sus objetivos próximos está entre
otros; salir al calor de la coyuntura a defender estos derechos. Los objetivos
de mayor alcance están vinculados al ideal de un mundo más justo y democrático.
¿En contra que deben luchar los movimientos sociales
y populares? la respuesta es simple, la solución compleja, contra lo que
Immanuel Wallerstein llama “capitalismo histórico”[2].
Este capitalismo es el “usado con el objetivo o
intento primordial de su auto expansión” (p, 9), por ello es sistémico. En su
existencia histórica, material y real “una vez conseguido los trabajadores y
producida las mercancías, estas tenían que ser comercializadas de alguna forma,
lo que significaba que tenían que haber tanto un sistema de distribución como
un grupo de compradores con medios para comprar la mercancía” (p, 10).
Siguiendo estos argumentos, se creó una ecuación
simple de trabajadores a consumistas, formando así, un círculo vicioso donde el
capital sigue fluyendo en torno a sus propios poseedores, mientras que la
situación social desmejora progresivamente. En Panamá este fenómeno se vuelve
tangencial en el sistema de seguro social, inestable y con un futuro incierto.
Una gran parte de la sociedad no es consciente de
sus propios problemas, y no se da cuenta de la importancia de la organización,
hasta que se ven afectados por algo que lo amerite.
En lo que va del desarrollo del capitalismo hay “una
tendencia a la mercantilización de todas las cosas” (p, 11) desde todos los
servicios posibles, hasta los propios derechos, pasando por las mismas
relaciones inter subjetivas.
Los movimientos sociales y populares que no tengan
estas referencias claras, que no eduquen en esa dirección, no tienen que
ostentar dicho nombre, mucho menos si no hay las evidencias empíricas que
demuestren una praxis en esa dirección.
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